En 12 años esta extraordinaria organización multiplicó por 50 la cantidad de chicas practicando balompié infantil. Pero, aseguran optimistas, falta mucho. (Imagen principal: uno de los tantos equipos de fútbol infantil femenino de la red de ONFI)
Cada fin de semana, durante muchas semanas del año, el fútbol infantil uruguayo convoca a campos y campitos a más de 200 mil personas. Una cifra que envidia el estamento profesional.
Ese vivero infantil, como lo llaman, pone a jugar a 50 mil niños y niñas, en 620 clubes, agrupados en 63 ligas. Más de 7000 técnicos, 3200 directivos, 1100 árbitros: 2000 partidos una semana tras otra.


Luis de Melo, presidente de Onfi, durante la presentación del libro “Por el juego y por tus derechos”. (Cortesía Onfi)

Hay, sin embargo, un debe, un pendiente: solo hay 10 ligas de niñas, 3500 jugadoras. “Hemos avanzado”, dice convencido Luis de Melo, el presidente de ONFI, la Organización de Fútbol Infantil que el 24 de octubre próximo celebrará medio siglo de vida. El dato es incontestable:  en 2005 sus ficheros solo daban cuenta de 42 niñas jugando al fútbol en equipos mixtos.
Ido el Mundial 2018, en breve receso los torneos de fútbol aficionado en sus diversas modalidades –el invierno ha postergado la reanudación– , ONFI convocó a un encuentro de sus ligas femeninas para abordar ese pendiente. “Nos enfrentamos al corazón del machismo”, suelta Jorge Burgell, periodista, entrenador y vicepresidente de ONFI.
Hay padres que no quieren que sus hijas jueguen al fútbol, hay clubes que  miran para otro lado cuando aparece una madre con su hija como si colgara un carletito de “no hay vacantes”, y hay técnicos que arrugan la cara. Aquí en futbolella lo contó, solo como un ejemplo al uso, Valeria Pintos, que se hizo entrenadora y casi gerente para armar un equipo y ayudar a crear una liga en Canelones donde su hija pudiera correr tras un balón. Y patear.
El encuentro lo definió muy bien Luis de Melo: “venimos a pensar juntos”. Nada de imposiciones, para vencer el machismo y el desinterés son necesarias ideas, entender que cada realidad departamental es distinta, lograr apoyos y definir incentivos.
ONFI que por decreto es el rector del fútbol infantil de 6 a 13 años en todo el país, y que se encuentra en la órbita de la Secretaría Nacional del Deporte, cuenta con aportes públicos para apoyar la extensa red de ligas que organizan campeonatos por edad, de año en año: hasta 8 categorías desde Sub6 hasta Sub13. De Melo precisó que en 2017 se utilizó el 69% de 2.200.000 pesos de aporte (algo más de 70 mil dólares) solo para traslados.
La pretensión de la organización infantil es que sus aspiraciones económicas sean incorporadas al presupuesto de la nación. Pero el asunto va más allá de los fondos disponibles, que no son pocos.
Un problema recurrente es la falta de canchas. Porque hay demasiados usuarios y porque la prioridad la tienen los varones. Durante el encuentro convocado por Onfi se contó la experiencia de Liverpool, entre otros, cuyos inicios en el fútbol infantil de niñas comenzó con un encuentro en “un pedacito de terreno en una plaza”. Ese club ahora es quizás el único que tiene todas las categorías competitivas femeninas: Sub12, Sub14, Sub16, Sub19 y primera.


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Tampoco en la búsqueda de espacios hay una solución única. La clave es adaptarse: si hay que jugar cinco para cinco, se juega; o siete para siete. Y los que pueden hacen fútbol 11 como, por ejemplo pero no solamente,  la Asociación Uruguaya de Fútbol Infantil (Aufi) que realiza campeonatos de chicas en las categorías Sub12 y Sub14, un poco por encima del tope de 13 años del fútbol infantil.
El encuentro, que es como un abreboca para el Congreso de fin de año, le dio la palabra a cada presente: Rubén Acosta lo hizo por la Liga Maldonadense; Michael Sorano por el club San Jacinto-Rentistas; Lucio Dorao, habló de Libertad de Sarandí del Yi; Nair Ackermann, quien estuvo al frente del Consejo Ejecutivo del Fútbol Femenino, de su actual labor en Colonia. La liga La Teja-Capurro y la Regional del Sur, de las más avanzadas en fútbol de niñas, con 13 y 12 equipos, respectivamente, fueron vistas como ejemplos a seguir. Siempre con matices.
Uruguay, que en noviembre realizará el Mundial Sub 17 femenino, tiene una oportunidad bendita para impulsar el fútbol entre las chicas. Para seguir multiplicando jugadoras. En ese marco, quizás, se realice el Congreso de ONFI en cuya agenda ese debe, ese pendiente, tendrá un lugar prominente. Y en el encuentro se insistió en una palabra clave: incentivos, que significa premiar a los equipos y a las ligas que promuevan el femenino. Con algo tan simple como que los resultados de las competencias de niñas cuenten en el computo general de los equipos para determinar campeonatos por categorías. Unos sumarán: se espera que cada vez sean más.
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A directivos, gerentes, delegados, técnicos –expresados en femenino– que dan tiempo de su tiempo a esta tarea, los mueve saber que  generan un impacto social único en Uruguay. Un golazo.
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